Lenguaje Corporal

¿Cómo entender los lapsus del lenguaje corporal?

Aunque es posible controlar las acciones o emociones, no siempre es fácil manejar todas las situaciones sin tener ningún gesto descuidado, que es lo que se llama un lapsus corporal. En la seducción, estos lapsos de conducta tienen una importancia evidente cuando uno se quiere acercar a la otra persona.

Lapsus recurrentes y reveladores

Existen todo tipo de lapsus corporales. Un estudio de psicología social en el año 1991 mostró que el impacto de un mensaje depende en 60% del cuerpo, el 33% de la voz de la persona y sólo el 7% de su discurso. Por lo tanto, está claro que el cuerpo tiene una gran importancia, cualquiera que sea la situación.

Durante un debate o en el juego de la seducción ocurre lo mismo. Son ejemplos de lapsus recurrentes: en las mujeres, pasarse la mano por el cabello (signo de interés), o arreglarse la corbata para los hombres (ansiedad, en este caso).

La cara y las cejas son un buen indicador para detectar el estado psicológico de una persona: levantar las cejas en caso de duda (con la cara vuelta supone un cierto desprecio), levantar una sola ceja para un interrogatorio o para mostrar asombro y levantar las cejas con el ceño fruncido delata incomprensión.

La boca, vector de lapsus corporales

Además de las cejas, la boca es otra área reveladora. Alguien que sonríe beatíficamente todo el tiempo (ya sabes, sonrisa inamovible con todos los dientes hacia fuera) mientras que distrae constantemente la mirada, revela una incomodidad, pero una incomodidad agradable. Esto demuestra, por ejemplo, que tu pareja es sensible a lo que dices o a tus encantos.

El morderse los labios hace suponer que estamos preocupados, estresados, mientras que pasarse la lengua por los labios denota excitación o envidia. También es un signo de estar pensando, de adoptar una actitud pensativa. Sin embargo, tirar con los dientes de la piel de los labios muestra ansiedad o cansancio. Una boca cerrada (labios fruncidos) es una señal de desconfianza, mientras que una boca entreabierta es un signo de interés.

El rictus (esa sonrisa que a nadie le gusta ver) es, por su parte, un signo de desprecio, de indiferencia e incluso de desprecio.

¿Cómo entender los lapsus del lenguaje corporal? El innegable papel de manos

El innegable papel de manos

Por último, no solo existe la cara para detectar los signos de lapsus de comportamiento. Las manos son otro ejemplo: una persona que se acaricia las manos es muy reflexiva, mientras que alguien que hace crujir los nudillos estará bastante tenso y ansioso. Lo mismo vale para quien se muerde las uñas: entonces detectarás una actitud de alguien que se siente culpable por algo.

Por el contrario, las manos entrelazadas asumen una actitud tranquila, casi autoritaria. Juntar las manos mientras te diriges a alguien anuncia el deseo de convencer, influir o denunciar. Alguien que tiene las manos en los bolsillos muestra una cierta indiferencia, una actitud secreta y misteriosa. Esta persona se siente avergonzada, incómoda. Esta es la postura a evitar si quieres seducir a una mujer joven.

Por el contrario, una persona que usa sus manos haciendo gestos claramente regulares, es alguien que está tratando de convencer, de seducir. El contacto físico con las manos de una persona con otra puede significar varias cosas: en algunos casos es una señal de interés, sino carnal, es el deseo de estar más cerca e ir más allá de simples miradas. En otras situaciones, será visto como un gesto de consuelo (puso su mano sobre la de su amigo), o como un pequeño gesto provocativo (tocar la mano con una sonrisa).


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